Nuevo partido en el AT&T Center de San Antonio y nueva
victoria de los texanos. Una más, y ya son veinte de forma consecutiva. La
pregunta que pasa por la mente de los aficionados de los Thunder es: ¿cómo
podemos parar a este equipo?
Estas 20 victorias consecutivas son un nuevo récord para la
franquicia de El Álamo, y la tercera racha más larga de la historia de la NBA,
empatados con los Milwaukee Bucks (temporada 1970-1971). Por delante, sólo
quedan las 33 conseguidas por los Lakers (temporada 1971-1972) y las 22 de
Houston Rockets (temporada 2007-2008).
Si en el anterior partido fue el argentino Manu Ginóbili el
que sobresalió por encima del resto, esta noche el protagonismo ofensivo recayó
sobre los hombros del francés Tony Parker (34 puntos y 8 asistencias, con 16-21
en el tiro). Con un inicio fulgurante del base (10 puntos en el primer cuarto),
los Spurs se hicieron con una cómoda ventaja al final de los primeros 12
minutos (28-22). Una ventaja que no haría más que aumentar hasta alcanzar una
diferencia máxima de 22 puntos (80-58) a falta de casi 5 minutos para el final
del tercer cuarto.
Eran momentos de baloncesto del más alto nivel para San
Antonio. Defensa, canastas de todos los colores de Tony Parker, triple tras
triple los Spurs se alejaban más en el marcador. Un vendaval baloncestístico
para el que Oklahoma parecía no tener respuesta.
Pero entonces, Gregg Popovich vivió en sus carnes una
especia de “déjà vu”, aunque esta vez sería su equipo el que lo sufriese. Para
ponernos en situación hay que remontarse a los playoffs de la temporada
2007-2008, en la eliminatoria que enfrentaba a Phoenix Suns contra San Antonio
Spurs. Popovich decidió emplear una táctica muy simple y que surtió efecto, y
no era otra que realizar repetidas faltas sobre Shaquille O`Neal para que fuese
a la línea de personal y cortar así el ritmo de juego y la anotación del rival.
El tiro libre no era una de las virtudes de O´Neal, y así se popularizó el
término “Hack-a-Shaq”.
Pues ayer fue uno de los suyos, el brasileño Tiago Splitter,
el que lo sufrió en sus carnes, en un particular “Hack-a-Splitter”. La táctica
no surtió el efecto esperado, y OKC se iba 16 abajo al final del tercer cuarto
(92-76).
Pero al comienzo de los últimos 12 minutos San Antonio perdió
su ritmo y parte de su acierto, y los Thunder pudieron correr. Comandados por
un gran James Harden (30 ptos, 7 reb, 4 asis), y apoyado por un buen Durant (31
puntos) y Westbrook (27 ptos, 7 reb, 8 asis) consiguieron reducir la diferencia
a 6 puntos, 99-93 a 6 minutos para el final. Pero entonces apareció Ginóbili
(20 puntos) y Kawhi Leonard (18 puntos y 10 rebotes) para cortar de raíz
cualquier esperanza de remontada y prolongar la racha victoriosa. ¿Alguien los
puede parar?
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